El queso hay que consumirlo a una temperatura que oscila entre 20º C y 25º C dependiendo de la variedad.
Es
importante que se atemperen un tiempo antes. Conviene tener en cuenta el
tamaño, la textura y la curación. Así pues, los formatos pequeños,
texturas blandas y en épocas cálidas será suficiente una hora antes.
Cuanto más duro y más grande el tamaño, con más tiempo de antelación
habrá que sacarlo pudiendo llegar hasta 3 o 4 horas para los quesos muy
curados y de formato grande.
Las
tortas son un caso aparte y conviene que estén varias horas antes fuera e
incluso desde la noche anterior para que su textura quede muy blanda y
cremosa.
Como
norma, para las cuajadas lácticas (rulos de cabra y cabra franceses) su
temperatura será entre los 18-20ºC igual que para los azules. Los quesos
de pasta semiblanda (gallegos, asturianos de vaca) alrededor de los
20-22º. Los de cabra y oveja de pasta prensada pueden llegar a los
22-23ªC. Las tortas entre 24 y 26º C sacan a relucir todos sus aromas.
Una vez
terminada la degustación se vuelve a guardar el queso cubriendo el corte
con un film doble de plástico para protegerlo. Cuando se vuelve a
degustar hay que cortar la parte exterior oxidada por la luz y de
aspecto seco.
Fuente.- Poncelet
www.cantabriadelicatessen.es
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